miércoles, 4 de julio de 2012

Octubre y Abril

Faltan cinco minutos para medianoche, creo que ya llevo dos horas frente a la maquina de escribir, con la mente en blanco. volteo la mirada hacia la mesa del comedor, fingiendo que busco inspiración, continúan ahí tres cajas de aspirina y un oso de peluche de 1.75m de altura. En definitiva fue una de las dos fue una compra innecesaria y estúpida... aun no estoy seguro de cual.  Tomé dos cigarros de la cajetilla y los encendí juntos, la canción de fondo era "October and April" ¿En qué estaba pensando? cuando decidí incluir una canción con su nombre en mi lista de reproducción.

Me dirigí a la alacena en busca de una botella de vodka, tequila o cualquier otra cosa con la cual embriagarme; a mitad de mi camino me encontré frente a frente con ese oso,  apague mis cigarrillos en su ojo izquierdo.
 -Ahora las chicas no te querrán- le dije
-una pobre excusa, para evadir dar un regalo- replico mi mente (lo que, desde algún tiempo llamo mi "yo soñador")
-un regalo que de todas maneras ella no aceptaría- replico mi "yo realista" (o ¿tal vez; pesimista?)

No sé, sí requiero terapia o antipsicoticos, quizá ambos.... ya habrá tiempo para pensar en eso mañana.
Tomé al peluche de una oreja y lo lleve arrastrando hasta la ventana, mi plan era arrojarlo y ver como lo arroyaba un auto; Pero, no conté con que por cuestiones espaciales se quedaría atorado con el marco.

La pista cambio, ahora es "Letter to Dana" un uno de mis tantos lapsus de estupidez, tomo el telefono y marco su número.... sorpresa, no contesto.... tras colgar miro la hora 4:23 a.m.
-No te hubiera respondido aunque fueran las 4 de la tarde, o cualquier otra hora.
No pode discutir esa lógica, en su logar arrojé el teléfono contra la ventana.

de regreso en la mesa, esta vez con una botella de tequila, abrí las tres callas y vacié su contenido, tome todas las que cambian en mi mano y estando a punto de meterlas en mi boca, escuché "Losing my religion" volteo a la ventana para confirmarlo,  ese oso de peluche ha atrapado mi teléfono con el hocico.
-¿y sí es ella?- pregunta la parte de mi que guarda esperanza
-¿y sí es la compañía telefónica?- respondió sarcásticamente el resto de mi
En ese momento dio inicio la última canción "Pastillas para no soñar"
-Mi vida, siempre tuvo un extraño sentido del humor.

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