miércoles, 27 de mayo de 2015

Humanamente Posible

Nunca he entendido porque las personas dicen que Dios es amor, cuando por su propia naturaleza, el amor asemeja más al diablo que a cualquier otra criatura.
Mi historia comienza en un Motel, no por el sexo, sino por la libertad; Cerradas las puertas de la habitación, la moral ya no tiene jurisdicción. Poco a poco fuimos quitando las cadenas que nos ataban a la sociedad, cadenas de tela y botón; cayeron al piso una tras otra. Algunos pervertidos dirán que la desnudaba, pero a mis ojos ella se revestía de sí misma, ¿Quién puede etiquetarte ahora?
Recorro su cadera, quiero que mis dedos memoricen cada curva su cuerpo, solo en caso de que no sea capaz de hacerlo al calor del momento. Alcanzo a sentir su interior estremecer, resonando por su garganta hasta que por su boca sale el vibrato del orgasmo. Ella sentía la gloria, sin que hubiera rastro santidad en esa habitación; yo sentía, las flamas del infierno alimentando mi caldera.
La obscuridad nos cubre, no puedo distinguir su rostro. Justo ahora me doy cuenta que no recuerdo ni siquiera su nombre, me pregunto si ¿ella recordara el mío? Pero no es el momento para preguntar, incluso si lo fuera, mas importante es encontrar el método para indagarlo.
-Di mi nombre- susurro a su oído antes de comenzar a morderlo
-¿Qué?- responde ella confundida, tratando de recordar en donde esta
-Qué digas mi nombre- me muevo con más vigor, saturarla de mi evitando que tenga energía para pensar excusas…
-Pierre, ¡Pierre!- gime ella, en efecto, no tiene ni idea de cómo me llamo.
¿Por qué carajos dijo Pierre?, hubiera dicho José, Juan o cualquier nombre regional;  tendría un mayor rango de probabilidad. ¿Sabrá, por lo menos, en donde esta? O tan enajenada esta en ella misma que no se da cuenta que fantasea. Otro podría indignarse e irse; pero la verdad, ella es una maravilla en lo que hace además esto nunca fue sobre amor; vale más disfrutar el momento, que jugar la carta del dolido; y canalizar toda la energía de tu indignación a la entrepierna, que es, donde se va a necesitar.
Pero bueno, una mujer de vagina internacionalizada, es un concepto interesante; acaso ¿ella habrá pensado lo mismo? ¿Hay alguna mujer que, en algún punto de su vida se diga?
“Quiero cogerme a un tipo llamado Pierre, es lo más cerca que mi vagina estará de Francia.” Yo siempre he querido ir a Canadá, creo que puedo intentar esa técnica.
Lo primero que distingo al despertar son los números rojos del viejo despertador que adorna la recamara; 7:58. El coito es una maravilla, a menos que te quedes dormido; dormir cambia toda la mecánica de la situación. Podrían solo complacerse mutuamente vestirse y tomar cada uno su camino, ya sea juntos o por separado. Pero al quedarte dormido te arriesgas a enfrentar el mayor dilema existencial del hombre postmoderno; Esperar a que ella despierte, o escapar antes de que lo haga.
Al caer la noche es cuando la soledad nos alcanza, la mejor manera para evitarlo es dormir con alguien, soportarlo de noche es más difícil; pero solo retrasamos lo inevitable, no importa con cuantos te acuestes, la soledad siempre vuelve con los primeros rayos de la mañana, esa es mi señal para salir. Quedarte abre la puerta a que pueda significar algo y cuando significa algo, te enfrentas a dos caóticas posibilidades: Ser rechazado significa que no ameritas el intento de luchar por ti, sin embargo; ser aceptado resulta aún más aterrador, asumir el riesgo de arrastrar a alguien más a tu obscura fosa de autodestrucción. Prefiero cien veces perder a la chica, que vivir sabiendo que la destruí con mis propias manos.
Por si a esta altura no lo han notado, esta no es una historia sobre sexo, mucho menos sobre amor; se trata de la soledad y, en el mundo de la soledad las deudas se pagan con sexo sin significante y alcohol.
-Dame, un vaso de la bebida más insalubre que sea legal venderle a un consumidor, con hielo- la mirada de desconfianza del camarero, puede que crea que estoy demente o drogado, pero sabe bien que si ese fuera el caso los de seguridad no me hubieran dejado entrar, regresa veinte minutos después con un litro de whisky en un vaso de unicel.
-Estúpidos bares y sus políticas de salubridad-
Pese a que el alcohol no puede darte el placer físico del sexo, puede facilitarte tenerlo; bajo el riesgo de que sacar a flote cada pensamiento reprimido en tu interior, cada arrepentimiento y cada persona dejada atrás, volverán a ti sin que puedas evitarlo. Te confrontas, te envenenas en ti mismo, listo para fermenarte en tu propia miseria.

domingo, 17 de mayo de 2015

Veneno

Algunas veces nace en mi el deseo de beber veneno, no como un impulso de muerte; sino, de redención. Como los nutrientes que se convierten en sangre, la sangre se convierte en vida y la vida; en muerte.

Un simbolismo de la toxicidad, percibida, que recorre mi cuerpo. Enciendo entonces un cigarillo, tan pronto el veneno real entra en mi, es cuando me percato de la distanca que hay entre ambos. No hay redención en la muerte; ni veneno, en mi sangre.

La redención se alcanza con la vida, la muerte, es solo muerte.