domingo, 17 de mayo de 2015

Veneno

Algunas veces nace en mi el deseo de beber veneno, no como un impulso de muerte; sino, de redención. Como los nutrientes que se convierten en sangre, la sangre se convierte en vida y la vida; en muerte.

Un simbolismo de la toxicidad, percibida, que recorre mi cuerpo. Enciendo entonces un cigarillo, tan pronto el veneno real entra en mi, es cuando me percato de la distanca que hay entre ambos. No hay redención en la muerte; ni veneno, en mi sangre.

La redención se alcanza con la vida, la muerte, es solo muerte.

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